¿Qué debes de saber antes de vender tu empresa?
Si estás pensando en vender tu empresa porque quieres retirarte, porque quieres centrarte en otros negocios o, simplemente, darle otro rumbo a tu vida debes de ponerte en manos de profesionales que te ayuden a tomar las mejores decisiones y a conseguir cumplir con tu objetivo sin dejarte la piel en ello.
Hay empresas especializadas en la venta de sociedades o empresa que trabajan por una cifra pactada o por una comisión en la venta y que pueden ayudarte a dar todos los pasos necesarios para que la venta sea rentable. Y el primer paso es la tasación de sociedades para que sepas cuál es el valor real del negocio.
Con frecuencia, cuando se tiene una empresa se desconoce el valor real de la misma. Puede saberse cuánto dinero hay en caja o cuánto costó en su momento un local o la maquinaria de la que se dispone. Pero es complicado saber en cada momento lo que valen todas y cada una de sus cosas ya que el valor de mercado varía.
A esto se suma el hecho de que para muchos empresarios es complicado diferenciar el valor real de su negocio y su valor sentimental. Han puesto en el negocio mucha ilusión y muchos años de su vida. A veces, incluso se trata de una empresa heredada de los padres. Por eso es complicado ser objetivos con el valor real y saber cuánto se puede pedir en serio por la empresa.
Que alguien de fuera venga a valorarla puede ser un poco duro, pero ayudará a tener una idea clara y objetiva de lo que realmente se tiene y de cuánto se va a poder obtener en la venta. También de cuánto se quedaría el intermediario y, por tanto, cuánto habría limpio para repartir entre los propietarios en el caso de que sean varios y todos estén pensando en vender la empresa.
Este es también el mejor método cuando un socio quiere vender su parte al resto o a otro de los socios. Al realizar la tasación por parte de un profesional ajeno a la empresa se ahorra en discusiones y en conflictos. Esa persona, con la que ambos estarán de acuerdo y que se puede pagar a medias, será la que diga cuánto vale objetivamente la empresa y, por tanto, cuánto habrá que pagar a un socio por su parte para ser totalmente justos.