RECUERDOS DE LA INFANCIA
Cuando mis hermanos y yo éramos niños todos los días desayunábamos leche larsa, ya que era una empresa de nuestra ciudad y siempre es mejor comprar cosas que sean de tu zona, por lo menos los beneficios se quedan en casa. Digo que desayunábamos, pero la verdad es que nos pasabamos el tiempo haciéndonos bromas mientras uno de los tres intentaba beber la leche, las risas empezaban cuando alguno se reía mientras bebía y se le salía la leche por la nariz. Ese era el momento estrella de nuestros desayunos, eso sí, nunca se sabía quién sería el que lo sufriese, ahí estaba la aventura y el riesgo. Con el paso de los años he dejado de desayunar, no por nada en especial, más que nada por que a la hora de desayunar ya no tengo hambre. Lo más probable sea porque cuando llego para la hora de cenar me inflo a comer, por eso no tengo hambre al despertarme.
Hoy en día ya no es que tenga demasiadas expectativas de volver a acostumbrarme a desayunar, y tampoco es algo que me quite el sueño. Todo el mundo me dice que hago mal porque el desayuno es la comida más importante del día, pero si no te va a sentar bien es mejor no tomar nada, personalmente prefiero tomar algo a media mañana que desayunar algo recién despertado. Cuando era niño, desayunaba más que nada porque me obligaba mi madre, pero con los años ya nadie me dice lo que tengo que comer ni a qué hora comerlo.
Seguramente, los únicos desayunos que tomo es cuando me alojo en algún hotel, y como allí no tienes que hacerte tú el desayuno es más fácil de comer y lo tomas mucho más a gusto. Cuando te ofrecen todo ya hecho es normal que se te abra un poco más el apetito, sobre todo si hay huevos con bacon. Nadie puede resistirse a desayunar si hay huevos con bacon, ya que el bacon está a otro nivel de cualquier otra cosa que se pueda desayunar.