Por si mañana
Cuando el voluntario leyó aquella carta en el grupo de apoyo a cuidadores, varios asistentes no pudieron evitar alguna lágrima. El título de la misiva era “Por si mañana” y era un texto en el que una persona con los primeros síntomas de Alzheimer escribe a su pareja excusándose “por si mañana se me olvida decirte te quiero”.
Efectivamente, la carta era emocionante, pero había algo raro en ella, un punto de impostura, un cierto exceso tanto en el vocabulario como en el contexto. Me recordaba más a un libro o una película que a la realidad (pensé, automáticamente, en El diario de Noa). Y sí, estaba en lo cierto. Con un poco de decepción, el voluntario de Centros de dia en centro Madrid que leyó la carta admitió que se trataba de un texto de un escritor no de un enfermo de Alzheimer.
Cuando acudí por primera vez a aquellas reuniones, no sabía que terminaría siendo un elemento básico de mi nueva vida. La enfermedad de un familiar cercano le cambia a uno la vida, eso es un hecho. Y aunque tuvimos momentos muy dramáticos al principio, la verdad es que logramos mantener la entereza, entre otras cosas, gracias a la información que fuimos recibiendo de profesionales.
Y uno de los espacios de los Centros de dia en centro Madrid en lo que recibo más valiosa información es en estas reuniones de grupos de apoyo a familias cuidadoras. Cuando descubrí la ‘farsa’ de la carta, algunos compañeros se enfadaron un poco, unos con la carta por ser falsa y otros conmigo por, de alguna manera, haber roto el embrujo de aquel instante de emociones.
Pero luego todo se encauzó. Todos terminamos estando de acuerdo en que la carta no era real… pero en su esencia sí lo era. Las personas que empiezan con los primeros síntomas de Alzheimer se asoman a un abismo, al abismo de perder los recuerdos. Una situación extremadamente compleja, ya que, de alguna manera, somos lo que recordamos… Y si no recordamos, no sabemos quiénes somos.
Así es que “por si mañana” es una forma de recordar a los seres queridos que, pase lo que pase, siempre les querremos, aunque no lo recordemos.