Aprendiendo a hacer postres
Hemos dicho: “ya basta”. Estamos cansados de platos preparados, de comida basura y de no saber ni encender el horno. Ni mi mujer ni yo hemos mostrado nunca mucho interés por la cocina. Nos gusta comer bien como a todo el mundo, pero lo de ponerse una hora a cocinar no era lo nuestro. Pero hemos decidido que las cosas tienen que cambiar. Uno va cumpliendo años, y la alimentación es un factor decisivo en la salud, como todo el mundo sabe, incluso nosotros.
Así que hemos acordado empezar con los postres. Y me diréis: “pues podíais empezar con algo más sano, ¿no? Un pescado al horno, por ejemplo”. Bueno, es verdad, el pescado al horno es el siguiente paso. Primero, los postres. Aprovechando que somos socios del club central lechera asturiana y que tenemos descuentos en algunos de sus productos, nos hemos puesto manos a la obra.
Y es que, además, tenemos un robot de cocina en casa, desde hace un par de años. Es uno de esos robots caros que tanto adora la gente, pero nosotros no sabíamos ni encender. No es broma, un día, hace tiempo, lo intenté poner a funcionar y no supe, así que al final me comí unas natillas envasadas. Pero no, ahora hemos decidido que vamos a hacer nosotros natillas. Y me volveréis a decir: “menudo despliegue, unas natillas, eso ni en Master Chef”. Bueno, más adelante vendrá el soufflé de chocolate, primero vamos a lo básico.
Y así, con gorros de chef y todo nos hemos metido en la cocina. Lo primero que hemos descubierto sobre el maravilloso mundo de los postres es la importancia fundamental que tiene la leche. Al ser socios de club central lechera asturiana tenemos a nuestra disposición todo lo necesario. Pero es que hasta para hacer unas galletas hay que usar leche. Lo que estamos aprendiendo…
Ahora hemos dejado reposar las natillas y a ver qué pasa. El aspecto no está mal, parecen unas natillas normales y corrientes. Esperemos que se puedan comer y así dar el siguiente paso. Y algún día, quién sabe, hacer un pato a la pekinesa…